Los alimentos que favorecen el elemento fuego son el maíz, las coles de Bruselas, las cebolletas, los cebollinos, las lentejas rojas, los fresones y las frambuesas. Los alimentos ligeramente amargos, como las hojas de diente de león, estimulan el funcionamiento del corazón y el intestino delgado.
Solo son necesarias pequeñas cantidades de estos alimentos, sobre todo si se comen con regularidad (semanalmente). Hemos de variar el surtido de alimentos fuego. Depender de un solo grupo de alimentos lleva a graves desequilibrios, y finalmente a la enfermedad. Debemos acordarnos de comer estos alimentos en su temporada; es importante estar en armonía con el medio ambiente y el clima. En invierno no hay fresas, por un motivo muy claro son frutas de la primavera, destinadas a complementar la dieta durante una determinada parte del año.
El funcionamiento del corazón y el intestino delgado se estimula con una actitud optimista ante la vida: la fe y la gratitud fomenta la alegría.
Meridianos del corazón e intestino delgado:
Siéntese en el suelo. Junte las plantas de los pies sujetándoselos con las manos, e incline y abra las rodillas para acercar lo más posible los pies al cuerpo. Coloque los codos sobre las rodillas y trate de tocar los dedos de los pies con la cabeza, intentando al mismo tiempo que las rodillas toquen el suelo. Lo ideal es poder tocarse la cabeza con los dedos de los pies mientras las rodillas tocan el suelo. No se esfuerce. Llegue hasta su punto máximo de estiramiento y mantenga esa postura durante dos respiraciones. Relájese. La incapacidad para tocarse los dedos con la cabeza indica problemas en el corazón e intestino delgado. La práctica regular de este ejercicio mejorara el funcionamiento de ambos órganos.