Las principales funciones del Intestino Grueso son eliminar los deshechos y absorber agua y algunos elementos nutritivos, tienen una relación complementaria con los pulmones. Los problemas en el intestino grueso suelen afectar a los pulmones y a los senos nasales.
El intestino grueso y los pulmones son los órganos asociados con las emociones de dolor y con la aflicción. Si el funcionamiento del intestino grueso y de los pulmones no es sano, la persona tendera a aferrarse a la aflicción y la tristeza y a las experiencias relacionadas con estas emociones.
Cuando la energía del Intestino Grueso está agotada:
Por lo general tenemos estreñimiento, congestión de los conductos nasales y de los bronquios. Las personas que tienen débil el intestino grueso suelen sufrir de diarrea cuando comen alimentos fibrosos o bastos. Estas personas también sufren de frio en la zona de abdomen.
Generalmente todos tenemos la determinación y la voluntad para superarnos y sobrepasar las dificultades. Un intestino grueso débil hace perder la determinación y el valor. La persona suele sentirse decepcionada y dependiente, y finalmente puede sucumbir a la desesperación y amargura.
Cuando la energía del Intestino Grueso es excesiva:
Demasiada energía en el intestino grueso puede producir dolores de cabeza, moqueo, congestión nasal, hemorragia nasal, amigdalitis, dolor de encías y dientes, palidez de la piel, ojos blanquecinos, dolor en los hombros, opresión en el pecho, estreñimiento alternado con diarrea, tos, hemorroides y los síntomas de resfriado común. Los problemas del intestino grueso afectan directamente al funcionamiento de los pulmones, bronquios y conductos nasales. El motivo es que la energía excesiva atrapada en el intestino grueso sube cunado no puede ser eliminada por abajo. El cuerpo trata de remediar la situación y restablecer el equilibrio enviando la energía a los órganos de arriba, de allí los síntomas en los pulmones, garganta y nariz.
El problema psicológico asociado con el exceso de energía en el intestino grueso es una insatisfacción continua. La persona es incapaz de apreciar nada, ni a sí misma, ni el trabajo, ni sus padres ni amigos. Finalmente, incapaz de apreciar los puntos buenos de nadie, en especial los propios, la persona se siente asilada y sin amigos.
El motivo es sencillo: el intestino grueso dedica demasiado tiempo y energía a trabajar con los deshechos del cuerpo. Cuando su energía es excesiva, no puede descansar. Se obsesiona en su trabajo de clasificar lo que es esencialmente deshechos: las heces. El efecto psicológico es la persona es que dedica demasiada energía a mezquindades y resentimientos, y a recuerdos negativos o inútiles, la persona dedica demasiada atención y energía a lo que debería pasarse por alto u olvidarse.